martes, 6 de noviembre de 2012

idealismo

Introducción La filosofía es una forma de conocimiento que pretende ofrecer explicaciones de los temas que analiza empleando la razón y los argumentos racionales. Y tiene por objetivo explicar el mundo, la naturaleza y el hombre El ser humano cuanto más conoce la realidad, del mundo más se conoce a sí mismo en su unicidad, se pregunta con frecuencia, sobre el sentido de las cosas y sobre su propia existencia. Cuando los filósofos emprendieron la tarea de, tratar de explicar las cosas del, mundo, la naturaleza, del hombre y, todo lo que nos rodea, sintieron la necesidad de establecer distinciones entre el espíritu y la materia Nosotros mismos podemos comprobar que hay cosas, objetos, que son materiales, que vemos y tocamos. Y hay, otras cosas que no vemos y que no podemos tocar ni medir, como son nuestras ideas. Por consiguiente, clasificamos las cosas así: por una parte, las que son materiales y por otra parte, las que no son materiales y que corresponden al dominio del espíritu, del pensamiento, de las ideas. Es así que los filósofos se han encontrado en presencia de la materia y del espíritu Los filósofos que han adoptado la explicación no científica, admitían la creación del mundo por Dio, es decir, afirmaban que, el espíritu había creado la materia, forman el campo del idealismo. IDEALISMO Es preciso definir el sentido de la palabra idealismo que significa o que se entiende por esta palabra. La palabra idealismo se emplea con tres sentidos diferente que son los siguientes: En el lenguaje corriente llamamos idealista a toda persona que cree imprescindible la realización de un ideal, que no acepta las cosas tal y como son y quiere aproximar la realidad a valores morales y políticos; algunos autores llaman idealista a la filosofía platónica porque esta afirma que la auténtica realidad estaba en el mundo de las Ideas, y no en la realidad sensible que se ofrece a los sentidos; pero en la historia de la filosofía el sentido más propio de este término no es ni el primero ni el segundo: llamamos idealista al filósofo para el cual la realidad es una consecuencia de la actividad del sujeto. El idealismo considera que en el acto de conocimiento el sujeto que conoce influye en la realidad conocida, que la mente está sometida a unos procesos o mecanismos que determinan y construyen la realidad del objeto conocido. Un ejemplo claro de idealismo es el de la filosofía kantiana: Emmanuel Kant creyó que la mente impone a la realidad conocida características que son consecuencia de la propia naturaleza de la mente Para el idealismo la realidad conocida tiene existencia sólo en la medida en que nosotros la conocemos; a la realidad conocida le afecta o influye el hecho de ser conocida por nosotros, es como es porque nosotros la conocemos. La noción de idealismo posee dos grandes acepciones. Por un lado, se emplea para describir la posibilidad de la inteligencia para idealizar. Por otra parte, el idealismo se presenta como un sistema de carácter filosófico que concibe las ideas como el principio del ser y del conocer. El idealismo de perfil filosófico, por lo tanto, sostiene que la realidad que se halla fuera de la propia mente no es comprensible en sí misma, ya que el objeto del conocimiento del hombre siempre es construido a partir de la acción cognoscitiva. Puede decirse entonces que el idealismo se opone al materialismo, una doctrina que asegura que la única realidad es la materia. Los idealistas subjetivos creen que la entidad en sí es incognoscible, pero la reflexión brinda la posibilidad de acercarse al conocimiento. Para los idealistas objetivos, en cambio, el único objeto que puede conocerse es aquel que existe en el pensamiento del individuo. En general, los términos idealismo y realismo suelen confundirse, pero existen muchas diferencias entre ambos que resulta necesario señalar. En principio, ambos conciben el origen del conocimiento de manera diversa; el realismo sostiene que se da en las cosas, mientras que el idealismo lo define como una actividad que realiza el hombre para elaborar conceptos. El realismo plantea la existencia de las cosas independientemente de nuestro razonamiento o de nuestros procesos intelectuales. Por otro lado, el idealismo defiende la participación de la mente para la concepción, por ejemplo, de las leyes, las matemáticas o el arte, las cuales no tendrían lugar sin nuestra intervención. De esta forma, se entiende que el idealismo se centra en el ser humano como sujeto necesario para dar lugar a la realidad, mientras que el realismo parte de ella y va en su búsqueda. Depende del grado de conocimiento de ambos conceptos, algunos afirman que están muy cerca de ser opuestos, mientras que otros los conciben como complementarios. En el lenguaje coloquial, el idealismo está asociado a la confianza en valores que al día de hoy cayeron en desuso y al optimismo. Un idealista cree que la moral, la ética, la bondad y la solidaridad, por ejemplo, logran imponerse frente a conceptos contrarios. Lamentablemente, este sentido de idealismo se acerca peligrosamente a la negación, que es una de las mayores causas del fracaso del ser humano como especie. Creer de manera firme e inquebrantable en algo, ignorando la posibilidad de un cambio, haciendo oídos sordos a la diversidad de opiniones, es lo mismo que morir; es poner límites que no permitan que nada avance, estancar el aire para que con las corrientes no traiga nuevos aromas. Esta actitud suele estar asociada con personas mayores pero, como otras actitudes autodestructivas, no repara en edad, género ni raza. Dentro de la de la filosofía idealista, se encuentran cuatro tipos de Idealismo, Idealismo Trascendental El Idealismo Trascendental, fue por propuesto por Kant (1724-1804), en la Crítica de la Razón Pura al decir que el conocimiento no se rige por los objetos, sino que son los objetos los que se rigen por el conocimiento. Idealismo Subjetivo. El Idealismo Subjetivo, fue propuesto por Fichte (1762-1814), pues considera que el conocimiento no parte del fenómeno, sino que se vuelve creación del sujeto conocedor. Es decir, la realidad es un producto del sujeto pensante. Idealismo Objetivo. El Idealismo Objetivo, fue propuesto por Schelling (1875-1854), pues considera que de que el objeto conocido no tiene más realidad que su ser pensado por el sujeto; mediante la auto conciencia de este Idealismo Absoluto. Fue propuesto por Hegel (1770-1831), pues considera que lo verdadero es el Todo. Pero el Todo es tan sólo la esencia que no se completa sino por su desarrollo dialéctico. Hay que decir de lo absoluto que es esencialmente resultado, que sólo en el final es lo que de verdad es; pues al comienzo lo absoluto es tan solo lo general, concepto vacío y abstracto, que culmina en otro absoluto, el absoluto lleno de totalidad de lo real. La realización de la Idea en sus tres momentos marca el final y la superación del idealismo trascendental kantiano, el subjetivo fichteano, el objetivo schellingiano por el Idealismo Absoluto hegeliano. El 12 de febrero de 2008 se cumplieron 204 años de la muerte de uno de los pensadores alemanes más brillantes de todas las épocas. La filosofía kantiana es la culminación del pensamiento moderno pues en ella se cruzan de un modo profundo y original las corrientes filosóficas más importantes de su época Los planteamientos kantianos suelen girar en torno a un juego de contraposiciones: fenómeno del, mundo sensible - mundo inteligible, receptividad - espontaneidad, necesidad - libertad, individualidad - sociabilidad, impulsos racionalidad No se trata de un pensamiento dualista, sino de un pensamiento de los límites, que permite fijar las verdaderas posibilidades frente a las pretensiones ilusorias. En primer lugar, se trata de una crítica a toda forma de dogmatismo, fanatismo o misticismo que pretenda ir más allá de lo posible y someter al hombre a falsas evidencias o desmedidas exigencias. En segundo lugar, estos límites son los del hombre: así se revela lo que el hombre puede saber, hacer o esperar. Así, la filosofía de Kant es una reflexión sobre la condición humana, sabiendo que el reconocerla abre al hombre sus verdaderas posibilidades y le libera de todo lo demás. Kant ha tenido mayor influencia que ningún otro filósofo de la era moderna. La filosofía kantiana, y en especial como la desarrolló el filósofo alemán George Wilhelm Friedrich Hegel, estableció los cimientos sobre los que se edificó la estructura básica del pensamiento de Karl Marx. El método dialéctico, utilizado tanto por Hegel como por Karl Marx, fue un desarrollo del método de razonamiento articulado por antinomias que Kant aplicó. El filósofo alemán Johann Fichte, alumno de Kant, rechazó la división del mundo de su maestro en partes objetivas y subjetivas y elaboró una filosofía idealista que también influyó de una forma notable en los socialistas del siglo XIX. Uno de los sucesores de Kant en la Universidad de Königsberg, Johann Friedrich Herbart, incorporó algunas de las ideas Kantiana a sus sistemas de pedagogía Además de sus trabajos sobre filosofía, Kant escribió numerosos tratados sobre diversas materias científicas, sobre todo del área de la geografía física. Su obra más importante en este campo fue Historia universal de la naturaleza y teoría del cielo (1755), en la que anticipaba la hipótesis de la formación del universo a partir de una nebulosa originaria, hipótesis que fue más tarde desarrollada por Pierre de Laplace. La filosofía de Kant no niega la existencia de Dios, ni un orden moral, ni la realidad pensable de un mundo físico. Lo que niega —salvo en lo moral— es que la razón humana pueda trascender y llegar a esos entes en sí mismos: sean el «mundo», «Dios» o el «alma». Además Kant constituyó la idea de que el mundo, el sol y todos los planetas son complementarios unos con otros. Kant parte de la conciencia, de las representaciones fenoménicas del yo. Sean provenientes del mundo externo o interno. Y se aboca, desde un principio, a la estética trascendental. Kant entiende por sensación el efecto de un objeto sobre la facultad representativa, en cuanto somos afectados por él. Se entiende que se prescinde por completo de la naturaleza del objeto afectante y que solamente se presta atención al efecto que se produce en nosotros, en lo puramente subjetivo. Kant funda el conocimiento no en lo dado a nosotros sino en lo puesto por nosotros. Eso «puesto por nosotros» es lo aprioris, que es el esquema constituido por las condiciones de posibilidad del conocimiento. Dicho esquema aprioris es el que configura al objeto al hacerlo objeto de conocimiento, y no ha de entenderse como correspondiente a cada sujeto individual o psicológico sino correlativo al sujeto en general, que es lo que se denomina sujeto trascendental El conocer no es mera percepción, sino también elaboración del objeto. Para Kant conocer consiste en construir, en constituir los objetos; el conocimiento es la coincidencia entre las representaciones que tiene el sujeto y las cosas que antes había constituido. Lo determinante en el acto de conocer es el sujeto y no tanto el objeto Nuestra capacidad de conocer no puede ponerse en funcionamiento sin objetos que estimulen nuestros sentidos y así proporcionen impresiones que luego el entendimiento se ocupara de unir, separar, comparar, entre otras. De lo cual resulta el conocimiento empírico. No hay duda, que en orden del tiempo, la experiencia es el primer conocimiento que tenemos. Pero si bien todo nuestro conocimiento comienza en la experiencia, no por eso todo conocimiento se origina de ella. Las impresiones, que nos de la experiencia, son el estímulo para que la facultad de conocer se ponga en actividad. Entonces, el conocimiento no se origina en su totalidad de la experiencia sino que ella nos proporciona las impresiones, la "materia" y las "formas" provienen del sujeto. La filosofía clásica alemana tiene su fundador en Kant un idealista del saber que afirma que ni los sentidos ni los conceptos o ideas de nuestra razón pueden darnos un conocimiento teórico de las cosas .Este aspecto contradictorio que se desprende del intento de conciliar el materialismo y el idealismo es el rasgo principal de la obra Kantiana. La compresión científica, el pensamiento es simplemente intelectivo, pero no racional siendo la fe en Dios la garantía del orden moral, que no puede ser encontrado en el mundo material Lo que quiere decir Kant es lo siguiente: sólo podemos conocer las cosas en la medida en que están sometidas a las formas de nuestra sensibilidad, y puesto que el espacio y el tiempo no son propiedades reales de las cosas sino algo puesto por el sujeto, es evidente que no podemos conocer jamás las cosas tal como son en sí mismas, sino sólo las cosas tal como nos aparecen. Para muchos autores el idealismo no es otra cosa que una forma sofisticada de subjetivismo. El idealismo es una concepción filosófica difícil de aceptar, y ello precisamente porque parece contraria a nuestras convicciones más básicas; se suele indicar que el sentido común es realista que la actitud natural o espontánea de las personas es realista pues de forma espontánea tendemos a considerar que lo que conocemos (lo que percibimos, lo que nos enseña la ciencia) está en la realidad antes que lo conozcamos, que las cosas existen fuera de nuestro pensamiento. Se han dado distintas formas de idealismo, aunque curiosamente todas después de la filosofía kartesiana. Hasta la Edad Moderna la filosofía había sido realista, con distintas variantes y matices, pero en general realista. A partir de Descartes muchos autores han defendido el idealismo, seguramente como consecuencia del descubrimiento de la subjetividad como el ámbito de la evidencia absoluta y de la convicción cartesiana de que el objeto inmediato de nuestro conocimiento no es la realidad en sí misma sino la representación de la realidad en nuestra mente (las ideas). Las diferencias más importantes entre los sistemas filosóficos idealistas las tenemos en las dos cuestiones siguientes: los límites en la tesis de que en el conocimiento el sujeto determina la realidad del objeto conocido: así para el idealismo de Berkeley, Dios y las otras mentes existen de modo independiente al propio pensamiento (no es idealista respecto de su realidad), pero las cosas materiales agotan su ser en ser percibidas, en ser conocidas (sí es idealista respecto de su realidad); para Kant nuestra mente influye en el objeto conocido, pero más allá de la realidad conocida hay otra realidad plena, independiente de nuestro pensamiento, incognoscible pero cierta: la cosa en sí; para el idealismo hegeliano, todo es producto del pensamiento, no existe esa supuesta realidad en sí que esté más allá de lo conocido; el problema de identificar quién es el sujeto que realiza las distintas síntesis o actividades de conocimiento: para Berkeley el sujeto cognoscente es el hombre concreto, cada persona que percibe y piensa; para Kant el sujeto cognoscente no se puede identificar con el sujeto empírico, con el sujeto que se ofrece en la experiencia y cuya mente se da ya en el tiempo y cuyo cuerpo en el tiempo y en el espacio. Kant no aclaró adecuadamente quién o qué es el sujeto del cual se predican las categorías y el resto de estructuras aprióricas que influyen en el conocimiento y al que llamó sujeto trascendental. Para Hegel el sujeto del pensamiento en el que se muestra y se crea la realidad no es el hombre concreto, el sujeto empírico; este filósofo habla de la Razón, la razón con mayúscula, que parece identificar con lo que ordinariamente llamamos Dios o Infinito. Hoy el idealismo está muy desvirtuado, porque con el avance de las ciencias y de la técnica en general, gana mucho más terreno lo que pueda demostrarse, lo tangible y matemático, incluso se utiliza el término idealista de manera peyorativa, dándole una connotación de lo que es ilógico, e imposible de realizarse. El idealismo como un método científico es muy cuestionado en la actualidad, porque éste admite que lo que no puede verse puede ser comprendido; pero para el hombre de hoy lo que rige es "ver para creer", "ver para entender". La idea sigue siendo una parte muy importante dentro de todas las ciencias, que es aceptada y colocada como importante, incluso fundamental, el problema radica en cómo pasar esas ideas a sustancias tangibles, cómo objetivarlas sin pasar al materialismo. El idealismo contempla que el materialismo reduce el conocimiento, negando la parte espiritual, intangible; para el materialismo el idealismo es un conocimiento etéreo, abstracto, difícil o imposible de objetivar. Siguen existiendo disciplinas filosóficas, científicas, sociales y religiosas que fundan su conocimiento en el idealismo, el mundo teórico de estadísticas, consultas y especulaciones, estas disciplinas son cada vez menos válidas y más cuestionadas e ignoradas. Podría decirse que el idealismo es sólo un referente, una meta proyectativa, pero no un medio concreto de conocimiento y verdad. Hacia el idealismo apunta el hombre de hoy, pero sabiendo la imposibilidad de llegar hasta éste, cifra su verdad en el realismo u otros métodos empiristas o materialistas. Ciertamente nuestro mundo no es idealista, si bien no se desconoce en absoluto, hay que admitir que no es la vía de conocimiento que satisface las expectativas y búsquedas del hombre actual. CONCLUSION La filosofía es un asunto de todos, debemos luchar para que todas las barreras entre ésta y la ciencia y el público en general se rompan y, en sentido de trabajo elaborar una justificación histórica que se desarrolle en contacto directo con el medio científico. La tarea del filósofo de hoy según Dominique Lecourt "no es la de acompañar de bellas palabras el discurso del mundo". El mundo va como va. La filosofía no puede eludir la responsabilidad ética que es justamente pensar en el mundo. Hay que construir los medios para hacer escuchar esa otra manera de hacer filosofía, y después de encontrar los medios utilizar al máximo para hacer del pensamiento una fiesta; porque es una de las actividades humanas que provoca una felicidad tal que el hombre nunca se arrepiente de haber pensado. La filosofía así asumida se le debe dar una connotación cultural, porque en ella resplandece la verdad, va ayudar al hombre a plantear su existencia en una forma diferente, la va a instar a luchar por la autenticidad y originalidad de su ser mismo. También le va a desvelar su misterio que no es otro que el de ser hombre y del estar en el mundo. BIBLIOGRAFIA www.monografias.com/ idealismo http://es.wikipedia.org KANT, E. Crítica de la razón pura. España: Orbis, 1978. Tomo I, II http://www.filosofia.org http://www.buenastareas.com

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