lunes, 16 de enero de 2012

orientacion educativa

a. Las funciones de un programa de Orientación. Según los autores, pueden ser clasificadas en tres tipos:
- Asistenciales o curativas.
- Preventivas.
- De desarrollo.
Tal clasificación resulta muy sencilla en su definición: un programa que cumpla una función asistencial o curativa es aquel que responde a una situación planteada, que es considerada como indeseable, irregular o que produce dificultades personales o ambientales, por ejemplo: dificultades de los sujetos para el estudio productivo, problemas en las relaciones interpersonales o grupales, fallas en los aspectos organizacionales de la institución, problemas de indisciplina, etc.
Ahora bien, un programa que cumpla funciones preventivas es aquel que se elabora basado en estudios sistemáticos o en la experiencia cotidiana con el fin de anticiparse a futuros problemas; se trata de situaciones que por su dificultad intrínseca generan disfunciones posteriores, por ejemplo: paso de un nivel educativo a otro (del preescolar a la Educación Básica, de ésta a la secundaria y luego a los estudios universitarios); el paso del desempleo al empleo o la inversa; el tránsito de la adolescencia con su correlato de dificultades en la adquisición de la identidad personal, social y sexual; consecuencias de pérdidas y rupturas afectivas; cambios previstos en la organización de la institución, etc. Estos programas de función preventiva se elaboran y ejecutan antes o durante esos tránsitos con el fin de evitar las dificultades mayores en el futuro.
Los programas de Orientación que tienen una función de desarrollo son aquellos que tienden al perfeccionamiento o a la posibilidad de potenciar cualidades presentes en el individuo, en el grupo o en la institución. Normalmente, se basan en estudios que han podido determinar las partes sanas, las cuestiones positivas, las potencialidades de los sujetos y de la organización. Por ejemplo, si en una institución escolar se detecta un buen rendimiento estudiantil, se elaboran programas que coadyuven a mejorarlo aún más; además se puede descubrir que grupos de estudiantes o docentes tienen intereses en el teatro, en la música, en el canto, en el deporte o en la creación literaria. En tal caso el programa se dirige a organizar estos grupos con el fin de poner en práctica y canalizar tales intereses; asimismo es posible hallar motivaciones de algunos entes empresariales de la comunidad para vincularse con la institución en la cual se presta servicio; en tal situación los programas deben darle organicidad a esos vínculos a través de planes de pasantía de los estudiantes en las empresas, conferencias sobre el mundo ocupacional de esa comunidad, etc.
Estos programas que tienen una función de desarrollo deberían ser prioritarios para la Orientación. Sin embargo, todo va depender de las condiciones del contexto en el cual se desempeñe el orientador. En algunas situaciones los programas que cumplen una función asistencial o preventiva resultan apremiantes.
b. Los métodos a utilizar en los programas. Según el modelo de Morril y otros, éstos varían en tres órdenes:
- Directo.
- Indirecto.
- Asesoramiento y consulta.
El método directo es aquel en el cual el orientador se involucra, es él quien planifica y ejecuta la acción con los beneficiarios, sin intermediario alguno. Estos programas pueden tener cualquier función y dirigirse a cualquier individuo, grupo o institución, por ejemplo: un programa que el orientador elabora para mejorar la comunicación entre los miembros del personal docente. Este programa contemplaría talleres donde él hace el papel de facilitador; organiza los talleres sobre toma de decisiones, etc.
El método indirecto, por el contrario, consiste en utilizar los medios de comunicación para el logro de los objetivos. Aquí se incluyen desde la elaboración de guías de información, pasando por programas de radio y televisión hasta programas interactivos, on line, a través de Internet, cualquiera sea su contenido: vocacional, ocupacional, de comunicación afectiva, de intercambio de interés educativo, etc. Se trata aquí de programas que pretenden una mayor cobertura, de mayor impacto en la población de destinatarios.
El método de entrenamiento y consulta es aquel que el orientador realiza con las llamadas "figuras significativas" para ser ejecutados con los beneficiarios del servicio. Si la dirección de la Orientación es el alumno o el estudiante, tenemos a los docentes, a los pares, a los familiares, a la pareja o al amigo más cercano, como figuras significativas. Si los beneficiarios son los docentes, el personal directivo o a los supervisores serán las posibles figuras de influencia sobre ellos. En todo caso, el orientador entrena a estas figuras para que ellas realicen funciones de orientación y él realiza funciones de asesoría y consultoría solicitadas por ellas. Es decir, siempre hay un destinatario, pero la labor de orientación es llevada a cabo por aquellas personas que están cerca del orientado y que tiene influencia positiva sobre él. Este método también procura una mayor cobertura de la acción orientadora pero conservando la relación personal con esas figuras y monitorizada o asesorada por el orientador.
c. La dirección de los programas de Orientación. De acuerdo con los autores, la dirección varía en los sentidos siguientes:
- Individuo
- Grupos primarios
- Grupos de asociación
- Instituciones y comunidades
Cuando Morril y otros (1974), hablan del individuo como dirección de los programas de Orientación, se refieren a todo sujeto que se encuentre como destinatario de la relación de ayuda, sea alumno, docente, personal directivo o padres y representantes. Esta atención puede ser prevista de manera individual o grupal, a través de cualquier método de los ya nombrados y con objetivos diversos, propios de la Orientación.
Los grupos primarios se refieren, fundamentalmente, a la familia, a los grupos de amigos íntimos y a las parejas. Son destinatarios que se encuentran unidos por lazos afectivos y donde se presume que las dificultades, los problemas o sus cualidades, tienen su origen o son tributarios justamente del clima afectivo existente entre ellos.
Los grupos de asociación son aquellos que se constituyen para un fin específico, el cual puede ser permanente o circunstancial. Las asociaciones de vecinos, los centros de estudiantes, los gremios y las ONG, cualquiera que sea su centro de interés: derechos humanos, defensa de las mujeres, los ancianos, los niños o el medio ambiente, constituyen grupos de asociación. Los programas de Orientación dirigidos a estos grupos tienden, por lo general, a crear, mejorar o potenciar, la organización de los mismos.
Cuando la dirección del programa de Orientación se sitúa en la institución o en una comunidad específica se incluyen los elementos, de forma parcial o global, que las constituyen y que interactúan con ellas. Se pueden seleccionar tanto los grupos existentes, los líderes formales y no formales, como las estructuras organizacionales: comunicación, normas, reglamentos, relaciones de mando, etc. Estas instituciones o comunidad, por lo general, o comparten objetivos comunes, como es el caso de toda institución, o el programa de Orientación busca la claridad de los objetivos a alcanzar en caso de tratarse de una comunidad. El programa de Orientación busca, en ambos casos, la mejor manera de cumplir con los objetivos propuestos.
Como se puede observar, el modelo propuesto por Morril y otros (1974), ayuda a dilucidar esas tres grandes dimensiones que contempla todo programa de Orientación. Son preguntas que se deben hacer cuando se va a programar la actividad orientadora o cuando se evalúa un programa: ¿Qué funciones se cumplen? ¿Cuáles métodos se utilizan? ¿Hacia quién va dirigido el programa? Las respuestas a tales interrogantes no responden a un "deber ser" sino más bien a los fundamentos contextuales que rigen a la Orientación y a los fundamentos filosóficos y psicosociales asumidos por el orientador.
El examen riguroso del contexto debe ser un norte de todo profesional que se enfrente a la labor de Orientación. Tal examen contempla: las condiciones materiales existentes (grado de desarrollo de las fuerzas productivas); las ideas, conocimientos y creencias que comparten los sujetos en el hic et nunc, que conciernen a las características socioculturales particulares del entorno, los principios y posturas éticas presentes en el horizonte histórico de las relaciones de ayuda, y, en fin, la idiosincrasia de los beneficiarios de los programas, en cuanto a sus necesidades individuales y sociales

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